¡Hola lectores!
Siguiendo con la serie de armas tradicionales de Kobudo de Okinawa (ex Islas Ryukyu), hoy traigo los famosos Nunchaku. En occidente, fue con las películas de Bruce Lee que esta arma se hizo conocida, aunque él usaba la versión con cadena larga, que no es el formato tradicional.
En el sistema de armas que estudio, Ryuei Ryu Kobudo, no figura el nunchaku. Pero por ser un arma tradicional, muy extendida y de características únicas, aprendemos el manejo básico.
El nunchaku consiste en dos palos unidos por un cordón, que antiguamente era de crines de caballo. El largo de los palos está entre 30-35 cm, el criterio es que deben cubrir el antebrazo desde la muñeca hasta el codo. Es así para poder hacer las guardias contra golpes o cortes de las otras armas, si fueran más cortos dejarían puntos expuestos al ataque enemigo.
El largo del puente de cuerda debe ser igual al ancho de la mano a la altura del nacimiento del dedo pulgar, como se señala en la imagen abajo, en mi caso son 10,5 cm.
La madera que usé es cedriño, la misma que usé en las otras armas (boken, tonfa, eku -remo, no publicado-) por su dureza, su peso, su resistencia, la suavidad que toma después de terminada y las variaciones de color que tiene.
Herramientas:
- Sierra
- Taladro
- Destornillador
- Cepillo eléctrico
- Cepillo manual
- Morsa o prensa de banco
- Brocas para madera de 6 mm y 8 mm
Materiales:
- Dos palos de madera entre 30-35 cm de largo, perfil cuadrado
- Cuerda de algodón, nylon, etc. de 2,5 mm de calibre
- Alambre (para enhebrar la cuerda)
- Papel de lijar 60 (o 100) y 180
- Protector para madera (aceite de linaza)
- Trapos
Veamos ahora el proceso.
Empecé cortando con la sierra los dos trozos de madera de 34 cm de largo y 30 mm de espesor (aprox.). Como mi sierra de mesa no corta en ángulo perfectamente recto tuve que cepillar con la garlopa eléctrica primero y el cepillo manual después, hasta que quedaran los lados opuestos paralelos y los perfiles cuadrados.
A continuación taladré los orificios por los que enhebrar la cuerda.
En cada palo, con broca de 6 mm, perforé dos orificios perpendiculares a la cara del palo, de lado a lado. El centro del primero a 2,5 cm del borde, y el segundo centro a 2,5 cm del anterior, o sea a 5 cm del borde del palo.
Luego taladré con la broca de 8 mm un orificio de 2,5 cm de profundidad en el centro de la cara cuadrada, con la broca perpendicular a la misma. Por la profundidad de la perforación, se encuentra con el canal del primer agujero, que estaba a 2,5 cm del borde. Si lo vieran con rayos X, verían que los dos túneles forman una "T".
En la imagen de abajo se ve cómo quedan los agujeros en el palo a la izquierda del lector.
Con las perforaciones listas, pasé a convertir los palos de perfil cuadrado en el perfil octogonal, que según leí es el tradicional de Okinawa.
Para la tarea sujeté cada palo en la morsa con la arista que quería rebajar hacia arriba. Gradué el cepillo eléctrico en 0.75 mm y lo pasé tres veces seguidas, formando una cara nueva en el palo. Ponga cuidado en mantener la garlopa horizontal para que el rebaje quede en el mismo ángulo con las dos caras adyacentes. Algunas aristas necesitaron una cuarta pasada a 0.1, y quedaron muy parejos de todos lados.
Siguiente paso: enhebrar los palos formando el nunchaku.
Lo primero es unir la cuerda con el alambre, como empalmando cables, para poder usar el alambre como enhebrador. Luego se introduce el alambre por el agujero de arriba y se saca por uno del costado. Desde ahí se introduce en el segundo del costado y sale por la cara opuesta. Luego entra por el primero de nuevo y desde ahí vuelve a salir por el de arriba.
Se repite el proceso con el otro palo y quedan enhebrados.
Cliqueando aquí se puede ver el proceso que describí antes, bajen la velocidad de reproducción para verlo bien.
Después de enhebrar el cordón, se debe ajustar el largo del puente, como dije antes yo lo medí a 10,5 cm por el ancho de mi mano.
El nunchaku tradicional no lleva nudo, los extremos del cordón se tornean alrededor de los segmentos cortitos laterales y la presión los mantiene en el lugar. Yo le hice uno doble, común y corriente, porque me pareció más seguro, y lo oculté dentro del agujero de 8 mm en la parte superior de uno de los palos.
Acá están, terminado el armado. Falta aplicar la protección, como dije: aceite de linaza. He leído que aplicar en las armas barniz o laca las perjudica, porque los solventes resecan la madera desde adentro, le quitan flexibilidad a las fibras y la madera se vuelve quebradiza. Los aceites naturales para madera, en cambio, las mantienen flexibles y tenaces, alargando su vida útil.
Y aquí los tenemos lijados y con una mano generosa de aceite de linaza aplicado con trapo limpio. Los dejé colgados en la cuerda de la ropa toda la tarde para que continuaran absorbiendo el aceite.
A mi sensei le gustaron, y a su sensei también, así que estoy súper contento y satisfecho con este trabajo.
Una nota final: la cuerda se gasta con el uso por los roces permanentes con la madera. Hay que rebajar los bordes de la cara en la que asoma para que no la raspen, revisarla periódicamente y cambiarla (reencordarlo, como a un instrumento musical) para mantener el nunchaku en buenas condiciones y evitar accidentes.
Gracias lector por llegar por aquí.
¡Hasta la próxima entrada!
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