11 de abril de 2021

Bokken (espada de madera japonesa).

Hola lectores.

Hoy les traigo uno de los trabajos más complicados que encaré desde que trabajo con madera. Pare hacerlo tuve que ampliar mi taller con una argallera o escochebre (que en Uruguay llaman incorrectamente "bastrén") y una morsa, y además fabricarme la mesa para instalarla[1].

El trabajo fue una bokken: una espada de madera usada en artes marciales japonesas como Kendo y Aikido (boku = madera, ken = espada). Lograr la curvatura tan característica de los sables japoneses es difícil, pero todo el trabajo está lleno de detalles que lo pueden arruinar. Sí: arruinar, si falla un paso hay que tirar la pieza y arrancar desde cero, no se puede remendar.

Sucede que no hay material suficiente para corregir un error, ni se puede cortar un segmento y rellenarlo, rebajar de más de un lado es fatal, etc. Es un trabajo en que cada tarea que se hace tiene que estar claramente planificada de antemano: qué se va a hacer, en qué parte y cuál es el resultado al que se quiere llegar.

Vamos a ello.

Herramientas

  • Garlopa eléctrica (o manual)
  • Sierra caladora
  • Lijadora de banda 
  • Escofina para madera
  • Formón
  • Bastrén
  • Chancla
  • Cinta métrica
  • Escuadra
  • Cuerda
  • Lápiz

Materiales

  • Madera >100 cm (101 cm de cedriño en este caso)
  • Papel de lijar granos 100 y 120
  • Aceite protector para madera (de lino en este caso)

Las medidas de una bokken son las mismas de las katana, y hay de varios tipos. El mínimo del largo son 90 cm y yo la hice de 101 cm. El espesor de las bokken estándar es de 30 mm y usé esa misma medida. Y la altura de la espada en el cabo, que es la parte de altura uniforme (se va afinando hacia la punta imperceptiblemente) es de 40 mm también.

El trozo inicial de madera era cedriño de tamaño suficiente para cortar la bokken. Abajo se ve recién cortado y al natural.

La curvatura tan característica se hace con un radio de 2,5 cm. ¿Cómo se hace para obtener el arco de 2,5 cm de radio? Yo usé un método complicado: hilo, lápiz y el portón de rejas de mi casa. En una punta puse el lápiz enrollado (para poder ajustar el largo) y la otra punta la até al portón. En la madera marqué tres puntos: dos en una línea paralela al lado largo, el tercero va al medio de esos dos y 2,5 cm más arriba de la línea de esos dos.

Entonces, con la madera en el piso y el lápiz con la cuerda enrollada, fui tirando arcos desde el punto del medio hacia los lados. Si el arco quedaba por dentro de los puntos (un arco muy cerrado) alejaba la madera un poco y soltaba cuerda del lápiz, para trazar un arco más abierto. Así fui probando hasta poder trazar un arco que uniera los 3 puntos.
Este es el método más difícil.

Es más sencillo con clavos y chapa flexible. Se clavan los tres clavos donde yo marqué los tres puntos. Luego con una chapa delgada y flexible (como duraboard) se calza entre los clavos curvándola en el medio, y se dibuja la línea sobre la madera.

Una vez que logré dibujar las líneas, recorté la pieza a caladora. Precisé de bastante paciencia porque es una madera bastante dura y todo el corte es a lo largo de una curva. Avancen lento en el corte, no apuren a la máquina porque seguramente la quemen.


Luego de la sierra caladora, tuve que pasar mucha lijadora de banda con papel grueso para emprolijar el perfil, cuidando siempre de no aplanar la curvatura que tanto me costó conseguir. Cuando había que remover mucho material para acercar la forma al arco que había dibujado, le pasaba escofina y luego la lijadora para alisar la madera. A continuación, la pieza después del proceso (ya se iba pareciendo).

Cuando me satisfizo la curva en el lomo y en el filo, rebajé los costados con la garlopa (cepillo eléctrico) hasta lograr 3,2 cm de ancho. Y ahí llegué a un alto, más bien quedé estancado, más de dos semanas porque me faltaba una herramienta: un bastrén. Me costó muchísimo conseguirlo, parece que ha caído en desuso aunque sea una herramienta básica en carpintería. Pero tras mucha búsqueda compré (¡conseguí!) el dichoso bastrén y pude seguir.

Otra característica de las bokken es el perfil al mirarlas de frente, también llamada sección de corte transversal. Hay varios, antiguos y modernos. Yo escogí el hiramine, que muestro abajo con las medidas oficiales. Si esta imagen tiene derechos, me avisan y la bajo, pero creo que no tiene.

Con mi compás abrí un arco de 8 mm y dibujé sobre el lomo las líneas a 8 mm desde los bordes hacia el centro, así quedan los 14 mm de lomo al medio, como muestra la imagen. Luego abrí el compás 15 mm y dibujé las líneas laterales.

Del lado de abajo, donde estaría el filo si fuera una espada de metal, tracé una línea al medio de la pieza, hacia la que debo acercarme manteniendo el perfil curvado de la cara lateral, como se ve en la imagen superior.

¿Por qué a compás? Porque la punta del compás sigue la curvatura de la madera, y la línea dibujada replica esa curva, corre paralela al borde de apoyo del compás.

Para poder empezar los rebajes diagonales del lomo, abrí entradas para el escochebre usando el formón contra lo que será el cabo. Abajo se ven las entradas en el lomo (izq.) y en el costado (der.) de la bokken.

Rebajé varios días sin tener morsa, sujetando la bokken apretada en mi cadera y la pared. Por eso la punta se ve en las fotos siguientes sin cepillar. No podía llevar el cepillo a rebajar la punta que estaba contra la pared, se chocaba el cepillo y no podía pasar de largo.

Después de pasar el escochebre varias horas y varios días, midiendo muchísimas veces a ojo (ya dije: no hay margen para errores), siempre afeitando la madera, con el filo apenas saliendo acercándome a las líneas que dibujé, obtuve este resultado.


Entonces, ante la imposibilidad de avanzar sin tener una morsa, compré una. Cuando quise instalarla, no tenía mesa donde atornillarla. Entonces me fabriqué la mesa que puedes ver en este mismo blog, arriba dejé el enlace.
El avance a partir de allí fue notable, y se puede apreciar en las tres fotos siguientes.




Cuando había rebajado con argallera casi la totalidad de lo que quería remover, empecé a emparejar con la chancla. Así podría hacer una revisión de detalles, errores, zonas donde faltara trabajo, etc.

Fueron varias cosas las que encontré para corregir, tuve que volver al cepillado más grueso y luego el fino tres o cuatro veces más, en zonas que me parecía que no estaban del todo bien.

Revisé: la curva del filo, en varios ángulos, del cabo hacia la punta y al revés. La curva del lomo de igual manera. Las líneas laterales que le dan el perfil hiramine, que corrieran siempre paralelas al lomo. El ancho y la altura del cabo, que fuera parejo en todo el recorrido. La simetría del cabo visto desde atrás, desde arriba y abajo. La simetría del "filo" desde arriba, desde abajo y en la punta. Que el centro de la curvatura siga al medio de la bokken, porque al cepillar de más podemos correrlo hacia el cabo o hacia la punta. El agarre del cabo, que no se sintiera mucha presión en una parte y poca en otra, lo que indicaría irregularidad en la forma. Etc.

Como dije, son muchísimos ítems a revisar y no son detalles, es un error pensar eso. Son lo esencial de un trabajo bien hecho para cualquier fabricante de bokken, porque es lo que las hace ser eso y no otra obra. Si no cumple con estos requisitos, será muy bonito trabajo, pero una bokken no será. O sea, si elegí el perfil hiramine, todo el cuerpo tiene que tener ese perfil tan perfectamente hecho como pueda yo lograrlo, "casi hiramine" no es "hiramine".


Después de los últimos ajustes con la chancla, pasé al lijado.

El ciclo de lijado consiste en pasar un trapo con aguarrás para limpiar la pieza y abrir el poro de la madera, lijar con el grano más grueso (100), revisar si hay que hacer alguna corrección menor que requiera de otra pasada. Si no se encuentra, volver a pasar aguarrás y lijar con gano más fino (120). Volver a revisar, y seguir el ciclo siempre aumentando el grano hasta 240 o el siguiente que creo es 320.
De esa manera se logra una superficie sin astillas y muy tersa al tacto.

Cuando secó el aguarrás, se aplica con papel, pincel, trapo o incluso con la mano el aceite protector en toda la pieza. Dejo debajo dos fotos de la bokken terminada y aceitada el día anterior, cuando tomé la foto el aceite ya había sido absorbido y estaba seco.



Usé aceite como protector porque el barniz y la laca tienen solventes que, según he leído, debilitan las fibras de la madera y la vuelven más quebradiza, un efecto que no queremos en armas que van a dar y recibir golpes.

Como último detalle estético, rellené las marcas donde se unen cuerpo y cabo con pegamento epóxico de dos componentes transparente mezclado con una gota de tinta china líquida, lo que lo volvió negro brillante. Con la punta de un mondadientes fui recogiendo mezcla y rellenando con ella el canal, a modo de minicuchara de albañil. Abajo, el resultado.

Y esto es todo por ahora. Me despido de ustedes, deseando que les haya gustado esta publicación, tanto como a mí hacer el trabajo y escribir este artículo.

Un saludo, hasta la próxima publicación, y cuídense mucho.


6 de abril de 2021

Tonfas (arma tradicional de Okinawa).

Hola estimados lectores.

Como sabrán, si no se enteran ahora, practico desde hace algunos años las artes marciales karate y kobudo. El primero es muy conocido, una familia de estilos de arte marcial de defensa, que usa como únicas armas las partes del cuerpo. El segundo, menos conocido pero igual de importante, es otra familia de estilos de artes marciales también nativa de Okinawa, consistente en combate con armas tradicionales de la isla (Ko = antiguo, Bu = arma o guerrero, Do = camino, el camino de las armas antiguas).

Una de esas armas son los tonfa[1], que aprenderé próximamente. Como no tenía las armas con que practicar, me propuse hacerme un par. Lo planifiqué para tres días pero salieron en uno sólo. Y aquí les va.

Herramientas

  • Sierra circular (manual o de mesa)
  • Taladro
  • Broca de 8 mm para madera
  • Prensas sargento
  • Bastrén
  • Chancla de carpintero (un cepillo de 5 cm de base)
  • Cinta métrica
  • Compás
  • Escuadra
  • Lápiz
  • Morsa

Materiales

  • Madera de 1 ½'' para las tonfas (cedriño en este caso)
  • Tarugos de 8 mm
  • Pegamento para madera
  • Papel de lijar de granos 100 y 220
  • Aguarrás
  • Aceite protector (de lino en mi caso)

Para quienes no los conozcan, el negro es el bastrén (izquierda) y el anaranjado la chancla (derecha).

Cada tonfa tiene dos piezas: el cuerpo y el mango (tsuka). Hay que hacer dos de cada una porque se usan de a pares. Las mías tienen 52 cm de cuerpo y 15,2 cm de tsuka.

Empecé por cortar los cuatro trozos de una tabla de cedriño de 1 ½'' de espesor con la sierra circular de mesa[2]. Son dos trozos de 53 cm de largo y perfil cuadrado para los cuerpos, y dos trozos de 15,2 cm de largo y perfil cuadrado para los tsuka. En la foto se ven las cuatro piezas presentadas.

Ahora, si leyeron con atención se preguntarán "¿cortó los cuerpos de de 53 cm y dijo que medían 52?". Sí, porque luego de cortarlas a lo largo, rectifiqué los extremos cortando a 90° desde la cara larga, dejando ½ cm de desperdicio en cada uno, así queda un prisma regular (o casi :-) ) de 52 cm de largo. Abajo se ven las cuatro piezas recién cortadas.

Luego tomé los tsuka y les tracé el centro de la cara cuadrada (cruce de las dos diagonales) y una circunferencia de radio igual a la mitad del ancho, como se ve en la foto. Esa es la guía para convertirlos en cilindros. Tomé la fotografía antes de dibujar la circunferencia, por eso no se ve.


Llevé por turnos cada tsuka a la mesa de trabajo, lo sujeté con la morsa a lo largo, y con el bastrén rebajé hasta conseguir una forma casi cilíndrica.

La manera de hacerlo es sujetar la pieza dejando una cara plana hacia arriba, lo más alta que permita colocarla la morsa sin perder sujeción. Con el bastrén se va pasando a 45° sobre la arista derecha y luego la izquierda, rebajando la madera en tiras finitas. Cuidado con la graduación de la cuchilla, si el filo está muy salido se tranca en la madera y la rompe, cuando tendría que correr suavemente afeitando la pieza.
Cuando se está a mitad de camino hacia el dibujo de la circunferencia hecho antes se coloca más vertical para rebajar un poquito de la cara lateral, y luego se pone casi horizontal para rebajar la cara superior. El proceso es al ojo de buen carpintero, tenemos que acercar la pieza a la forma cilíndrica final que queremos que tenga.

Abajo muestro cómo quedaron los míos después de terminado el trabajo a bastrén. Más adelante lo refinaremos con la chancla. Ésta nos va a ajustar y rectificar la forma cilíndrica que queremos, porque como todo cepillo de suela, va aplanando la superficie dejándola uniforme. Todas las "panzas" o "pozos" que haya dejado el bastrén, la chancla los resuelve.

Si miran la primera foto de nuevo, verán lo finita que es la viruta que remueve la chancla comparada a la del bastrén.

Después de haber pasado la chancla, sujeté cada tsuka en la morsa en posición casi vertical, y perforé en el centro que tenía marcado un orificio de 8 mm de diámetro y 14 mm de profundidad para insertar el tarugo.
La cinta blanca marca en la broca los 14 mm, medidos desde el hombro de la broca y no desde la punta. El orificio de la punta es para que caiga dentro el exceso de pegamento, si hay, y no se toma en cuenta como profundidad para el tarugo.

Pasé luego a trabajar en los cuerpos de las tonfas.

Los lomos son de muchas formas, no sé si hay alguno oficial. Yo elegí ¡el que me place! En serio, elegí el semicírculo porque distribuye mejor que una cara recta la fuerza del impacto que recibe el arma.

De modo que nuevamente, sujetando en la morsa fui rebajando con el bastrén pero esta vez a ojo, no tomé las medidas sino que las hice "a ojo de buen cubero", de memoria de las ocho que hice en los tsukas.

Abajo se ven una tonfa ya formada y debajo la otra pieza en bruto calzada en la morsa. Otra vez, el grueso del trabajo se saca con bastrén y luego se refina con la chancla.

A 15,2 cm de un extremo del cuerpo perforé otro orificio de 14 mm de profundidad para la otra mitad del tarugo. El orificio, obviamente, va centrado en el ancho del cuerpo, a mí me quedó a 19 mm de los bordes.

Probamos el encastre en seco, si todo anda bien (el tsuka queda alineado y perpendicular, no hay espacios que rellenar contra el cuerpo, etc.) procedemos a encolar las uniones. Si el tsuka queda torcido, se empareja la cara de apoyo con formón o lija gruesa hasta que al apoyarlo en el cuerpo esté perpendicular. Acá se ve torcido pero entró derecho.

Todo está listo, encolé las uniones, prensé y dejé a secar hasta el día siguiente. El pegamento va en los orificios (obviamente) y en la cara del tsuka que tiene el tarugo, para que pegue contra el cuerpo. Se puede poner algunas tiritas de viruta fina (o hacer picadillo del afeitado) en el pegamento, hay quien dice que refuerza la unión.


Con el pegamento seco, aplicaré aceite de lino como protección de la madera. Tiene muchas propiedades que pueden buscar uds. mismos así que no me extenderé en ese asunto. Sólo diré que el barniz y la laca tienen solventes que debilitan un poco la fibra de la madera, y al aplicarlo en armas las vuelven quebradizas con el tiempo. El aceite hace lo contrario.

A continuación, las tonfas terminadas. Ampliando las fotos verán que hay un segmento del cuerpo que no está rebajado.

Desde el centro que marqué para el tarugo tomé 1'' hacia el extremo corto y 1 ½'' hacia el largo. Esa área de 2 ½''la dejé con el perfil cuadrado, sin rebajar, sólo porque me gustaron las líneas del arma así. Con los polígonos amarillos lo marqué en la foto siguiente.

Como es un proceso artesanal y nunca había explicado como hacer curvas con cepillos de hojas rectas (porque nunca lo había hecho), dejo dos videos donde se ven los movimientos y puede ser instructivo.

En el primero se ve cómo redondear los tsukas. Sólo grabé el uso del bastrén.

En este se ve cómo rebajar el cuerpo de modo que la madera, se va volviendo un cono desde el punto de partida, por eso se pasa más veces sobre el final de la pieza que en el sector de origen. Acá se ve el uso del bastrén y la chancla.


Si hubiera sabido que era tan divertido hacer armas de kobudo, habría empezado mucho antes. Ahora tengo en curso otra arma, pero no daré adelantos.

Saludos. Hasta el próximo proyecto.


2 de abril de 2021

Mesa de trabajo con morsa.

Compré una morsa para poder trabajar en armas de kobudo [1] y otras tareas, pero resulta que cuando quise instalarla no tenía una mesa adecuada. De modo que ¡a hacer una!

Necesitaba que fuera pesada como para que no se sacudiera mientras estuviera cepillando o lijando la pieza de trabajo, así que elegí pino de 2x4'' para todo el armazón y las patas. La mesa es un panel de dos restos de compensado multiplaca (triplay) que tenía tirad... esperando uso.

Herramientas

  • Sierra biseladora
  • Taladro
  • Brocas de 8 mm y 3 mm para madera
  • Cepillo (garlopa)
  • Destornillador Phillips
  • Serrucho de mano
  • Escuadra
  • Prensas esquineras y rectas

Materiales

  • 2 tablas de pino de 2x4'' y 3,30 m
  • Piezas para la mesada (dos de multiplaca 18 mm en mi caso)
  • 8 Tornillos para madera 3''
  • 8 Tornillos para madera 2''
  • 12 Tornillos para madera de 1''
  • 3 pernos de 6 mm
  • 6 arandelas para 6 mm
  • 3 tuercas para 6 mm
  • Pegamento para madera

Abajo, la morsa que espera su mesa. Y manos a la obra.

Empecé armando el marco para la mesa. Para eso corté una de las tablas de 2x4'' en bisel de 45° en dos piezas de 60 cm y dos de 80 cm, para poder colocar la mesa que medí antes.

Unir las esquinas con biseles me da más superficie para encolar, más resistencia mecánica y mejor agarre con los tornillos. Abajo, el marco presentado en seco y luego encolado y prensado con prensas esquineras y rectas.


Luego de la revisión en seco, encolé y atornillé con los tornillos de 2'' cada esquina. Véase que coloqué los tornillos cruzados, o sea: uno entra en una cara de la esquina, el segundo entra en la otra cara. De nuevo: da mayor resistencia mecánica ponerlos así que los dos en la misma cara.
Recuerden, como siempre, hacer los agujeros piloto para los tornillos con taladro y broca de 3 mm, si no pueden rajar la madera. Si lo desean pueden avellanar el orificio también, así ocultan la cabeza del tornillo, no es imprescindible y esta vez no lo hice.


Cuando el pegamento del marco secó, coloqué las patas. Son cuatro piezas de la segunda tabla de pino 2x4''. La altura es de 80 cm, así que ese es el largo de las patas. Son piezas bastante pesadas para trabajar, para colocarlas tuve que hacer maniobrar un poco.
 
Encolé las caras que van contra el marco (una es ancha y otra angosta). Con dos prensas chicas sujeté la pata, verificando con escuadra que estuviera en ángulo recto con el travesaño. Cargué el taladro con broca de 8 mm y perforé 1 cm de profundidad, para que el tornillo, que entra desde la pata, tenga más entrada en el marco. Cambié a broca de 3 mm y perforé los agujeros piloto. Por último puse los dos tornillos de 3'' con destornillador eléctrico.
Las prensas pueden complicar un poco la tarea, pero se puede hacer ubicándolas de modo que no se atreviesen en la trayectoria del taladro.
 
Observación: Los tornillos no se ponen alineados en paralelo a los cantos de la pata ("uno arriba del otro"), porque esa configuración tiene riesgo de rajar. Se colocan, por ejemplo, el de arriba a 2,5 cm del marco, y el segundo a 6,5 cm del mismo, como los puntos del 2 en un dado.


Dejé todo sujeto con prensas para reforzar el pegado durante la noche. Al día siguiente retomé el trabajo.
Lo primero fue emparejar a garlopa el marco y las patas para que la mesada se apoye correctamente, siempre hay desniveles por defectos de la madera, del aserradero y alguno, poquitos, del carpintero puede haber.

Seguí con el armado de la mesada. Puse una pieza sobre la otra, sujeté con dos prensas los dos trozos de multiplaca, dejando los cantos hacia arriba. Con el cepillo emparejé ambos cantos, para que quedaran en contacto en todo el largo al pegar.
Encolé los cantos, sujeté las piezas con prensas y para reforzar la unión coloqué dos trozos de recortes a modo de tacos, encolados y atornillados. Dejé secando el pegamento dos horas.


Acá está todavía prensada posando para la foto.


Aquí pueden verla terminada y en funciones, sujetando una bokken (espada de madera) mientras la cepillo y lijo.


Como dije al principio, debía ser desmontable para evitar que me roben la morsa. Lamentablemente ya me han robado herramientas porque no tengo un galpón donde trabajar y guardarlas. Tengo sí un pequeño depósito pero no cabe la mesa entera, de este modo puedo guardar sólo la mesada con la morsa.


El truco para estabilizar la mesada en el marco son dos tacos largos que puse en los lados angostos del mismo.
Antes de instalar la morsa puse la mesada en el suelo plano, encima coloqué el marco patas arriba, me fijé en que los bordes quedaran parejos (me quedaron 6,5 cm de ala en cada lado largo). Presenté un taco de modo que quedara bien contra el travesaño, lo encolé y sujeté a la mesada con cuatro tornillos para madera de 1''. Luego hice lo mismo con el segundo taco, y quedó listo. Al estar contra el marco no dejan que la mesada se sacuda ni levante, sólo se puede sacar descalzándola hacia arriba.


Bien, esta ha sido la tarea que tenía para hoy. Estoy trabajando en otros proyectos que ya iré compartiendo con ustedes.

Un saludo, y cuídense mucho.