9 de septiembre de 2018

Mi horno a leña de tanque y ladrillos, capítulo 1.

Hola lector.

En la entrada de hoy presentaré la primera parte de un proyecto que no es carpintería pero me está gustando muchísimo. Como casi siempre me sucede no encontré un único plan que satisfaciera mis gustos y necesidades así que hice el mío con partes de los de otros, como un monstruo de Frankenstein, que dejo aquí por si alguien llega hasta él y le sirve.

Soy cocinero aficionado y desde que empecé a meterme en el tema cocina a través de libros, programas de TV y youtube, escucho hablar maravillas y loas de los hornos a fuego de leña. Pues bien, tenía en mi pequeño patio un trozo de mesada sin usar y decidí hacer uno.

Como no soy constructor ni dispongo de mucho tiempo, busqué decenas de maneras y dí con un método que me resolvió los dos problemas a la vez: usar un tanque de 200 litros como cuerpo del horno, que ahorra muchos ladrillos y al tener 90 cm de altura cabe acostado en mi mesada de 96 cm de profundidad.

Materiales:
  • Tanque de 200 l que haya contenido alcoholes o aceites comestibles.
  • Termómetro con sonda para horno (opcional pero queda súper pro).
  • Ladrillos refractarios.
  • Cemento refractario.
  • Lana roca.
  • Salida para estufa con tiraje regulable.
  • Caños para chimenea.
  • Azulejos, lozas u otro adorno para la fachada (opcional pero queda súper coqueto).
Herramientas:
  • Amoladora angular o sierra.
  • Taladro.
  • Discos de corte de amoladora, para metal y para mampostería.
  • Broca para metal de 10 mm.
  • Máscara protectora facial. 
  • Guantes anticorte.
  • Cuchara de albañil.
  • Marcador tipo drypen.
  • Nivel.
  • Regla.
  • Escuadra.
  • Alicate.
  • Tijeras.
Como siempre que usamos una amoladora es obligatorio usar protección facial completa, las esquirlas del metal cortado y del disco que se va desgastando están arriba de 100 grados y son filosas, causan mucho daño en ojos y músculos de la cara, en Internet pueden buscar ejemplos y traten de no convertirse en uno de ellos.

Para manipular la lana de roca es obligatorio el uso de guantes, si son anticortes mejor por la malla metálica, si no al menos unos de descarne. Este material causa microcortes en la piel y se mete debajo en minúsculas astillas que no se pueden sacar y arden, pican y causan alergias.

Hechos los avisos de seguridad, vamos a la construcción en sí.

Siempre empiezo dibujando un boceto de lo que quiero hacer. Eso me ayuda a clarificar las ideas, los métodos que voy a usar, los materiales y herramientas que voy a necesitar, los pasos del plan y a prever las dificultades que voy a tener que resolver antes de encontrármelas en el trabajo. Acá va el plan escrito.


El siguiente paso fue conseguir el tanque. Yo compré uno aquí en Montevideo por $ 370 (aprox. U$S 12) que había contenido alcohol etílico y estaba lavado y en impecable estado.


En una fábrica de artículos refractarios para construcción (COMACO) compré ladrillos y cemento refractarios. Es importante usar este cemento porque el horno va a pasar los 300°C y el cemento común no soporta esas temperaturas, se resquebraja y desarma todo. El refractario es más caro pero así podré usar mi horno más de una vez.

Quería una boca de 50 cm de ancho y calculé que con veinticuatro ladrillos el piso quedaría con las dimensiones adecuadas. Pegué los mismos con el cemento sobre una mesada de hormigón que encima tiene mármol y ya estaba en el patio de la casa cuando nos mudamos.


Si nunca pusieron ladrillos les aviso que va cemento abajo de los del piso para poder emparejar la altura e inclinación de las caras de arriba, ya que hay variaciones mínimas entre los espesores de cada ladrillo y las mesadas de apoyo no suelen estar parejas.
Entre cada par de ladrillos hay ½ cm de cemento para unirlos entre sí. El secado del material lleva 24 horas como mínimo.


Al tanque le corté una sección para que se apoyara sobre el piso sin rodar y a la vez me diera el ancho de la boca del horno. Con una regla y marcador dibujé una línea de 50 cm sobre la cara circular superior, para cortar la sección de esa cara que tenía el tapón de plástico. El plano dice 52 cm pero decidí dejarlo en 50.

La línea de 50 cm es la base de la tapa, mi plan era ponerle bisagras en el corte de arriba y abrirla al revés que los hornos convencionales. Ese plan cambió en la herrería y se verá en el próximo capítulo.


El círculo punteado marca la posición para el termómetro con sonda que se ve aquí abajo.


Luego con escuadra y regla tracé líneas perpendiculares a la primera en el costado del tanque y finalmente en la cara circular opuesta uní los puntos de llegada para hacer la línea espejo de la primera.

Trazadas las líneas de corte, llené el tanque con agua para que sacara cualquier vapor de alcohol restante y corté por las líneas marcadas con la amoladora angular. De modo que el tanque quedó con un agujero rectangular longitudinal de 50×90 cm. Abajo se ve el tanque cortado y también presentado sobre el piso de ladrillos.


Aquí está la herramienta de corte, mi amoladora angular, una herramienta utilísima. Vean que el primer disco que usé quedó bastante gastado, tuve que reemplazarlo para poder cortar la última parte y los cortes siguientes.


Como me pareció que los hornos de barro son un poco más altos de lo que me estaba quedando, tiré una hilada sobre el piso formando un borde en los laterales y atrás, aunque creo que no era necesario la forma final será más armónica. El borde contra el muro lleva medio ladrillo nada más así que que corté uno a la mitad en sentido longitudinal con... ¡sí! La amoladora angular, nuevamente, ahora equipada con el disco para mampostería diamantado.

Para que fuera tomando forma de horno le corté una boca curva y le coloqué en la chapa el termómetro en la posición aproximada en que quedará cuando esté la puerta instalada.


Con el tanque en el piso le tendí encima la lana de roca para cortarla a la medida. Con las tijeras se corta la lana y con el alicate la malla metálica que trae y le da estructura. Se debe recortar de modo que el tanque quede forrado atrás y de izquierda a derecha, el frente no porque no abriría la puerta. Para mi tanque cortado compré 1,5 m2 de lana de roca, porque viene en 1m de ancho y la cara curva (el "lomo") de mi tanque quedó en 1,20 cm.


Con el resto de la lana y cemento refractario revoqué la parte de muro medianero donde se apoyará el horno, que es de cemento común, así no se romperá y evito futuros problemas con mi vecino.

Por último abrí en el tanque la salida hacia el tiraje y la chimenea. Es importante que el tiraje sea regulable porque se debe mantener cerrado para calentar el horno eficientemente y se abre para empezar a cocinar y controlar la temperatura. La salida es un cuadrado de 15×15 cm que corté por las diagonales, sigue foto.


También hay que agujerear la lana de roca para dejar la salida despejada.

Para ver el progreso del trabajo y buscar posibles errores a corregir presenté todo lo hecho y le puse una lámpara adentro.


Y por último encendí un poco de papel de diario por puro gusto de ver arder fuego dentro y salir el humo de mi horno. Vean que así como está con la lana floja, sin cemento ni ladrillos alrededor, el termómetro llega casi a 90°C lo que me deja muy esperanzado de las temperaturas que alcance cuando esté pronto.


Como anécdota, el termómetro venía en un paquetito con 10 reglas. Las dejo acá porque algunas tienen cierta gracia.


Ahora estoy esperando que el herrero haga y coloque la puerta para poder terminarlo y publicar el segundo y último capítulo de este trabajo, así que será hasta la próxima publicación.

Y como siempre, gracias por pasar por mi blog.



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22 de julio de 2018

Cama (rápida y desprolija) para mascotas.

Hoy está muy frío para estar afuera, hay 6°C y no está el clima para hacer exteriores. Así que ataqué un proyecto bastante rápido de hacer que tenía baja prioridad pero salió hoy: una cama para mis dos perritas.

Materiales:
  • Espuma de colchón picada.
  • Fieltro, moquette u otra tela gruesa.
  • Madera o MDF sobre la que quepan las mascotas. 
  • Restos de madera de 1″ a 2 cm de espesor.
  • Clavos de 30 mm.
  • Grapas de tapicería.
  • Papel de lijar.
  • Pegamento para madera.
Herramientas:
  • Clavadora/engrapadora.
  • Sierra caladora o serrucho.
  • Lápiz.
  • Regla.
  • Tijera.

Empecé por medir sobre la pieza de MDF (foto de arriba) el tamaño de fieltro a cortar y lo recorté dejando bordes para envolver los cuatro lados. La idea era engrapar uno de los lados angostos y parte de los dos largos formando así un bolsillo para rellenar con la espuma picada, y luego cerrarlo con grapas terminando la cama.
De los dos colores que tenía elegí el gris porque el piso es verde y era el que hacía mejor juego. Cuidado porque el fieltro tiene un lado liso pero muy áspero y otro más suave, el que va para adentro es el liso y áspero quedando el suave como superficie de la cama.


Abajo se ve la espuma picada que compré en una colchonería y en la foto siguiente, el bolsillo que estaba rellenando con el picadillo. Con una varita de madera lo iba empujando hacia abajo y amontonando para sacar el aire entre medio y que entrara más cantidad del picadillo.



Finalmente llegué al tope y cerré el bolsillo de fieltro y MDF. Para plegar las esquinas más fácilmente recorté ángulos de 45°, así evité trabajar con dobleses ya que el fieltro es duro y difícil de plegar. Puse las grapas con 6 a 7 cm de distancia entre ellas, no fui muy prolijo pero estaban avisados desde el título.


Una vez engrapados todos los lados coloqué las patas. No son más que cuatro tacos de 2 cm de espesor que recorté de una tabla de 2x4″ con la sierra caladora. Su único propósito es que la cama no esté contra el suelo para evitar el frío del mismo. Para sujetarlas les puse pegamento para madera y tres clavos de 30 mm con la clavadora, y listo.


Para que no rayen el piso se debe lijar los bordes de las patas con lija gruesa o pegarles trocitos del fieltro (patines). En la foto inferior se ve a las usuarias estrenando su cama nueva, ¡se quedaron ahí sin moverse al menos dos horas!


Y eso es todo por hoy, será hasta la próxima publicación queridos lectores.



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28 de junio de 2018

Mesa sobre cama con ruedas.

Hola lectores.

Vuelvo después de un tiempo con un proyecto sencillo que se puede hacer en un par de días. Se trata de una mesa hecha de una tabla de 3,30 metros en forma de "U" invertida con ruedas, que va sobre la cama de lado a lado. Puede servir para poner una TV, una computadora portátil o como escritorio para trabajar o estudiar en la cama en estos días fríos.
Como es más fácil mostrarla que explicarla pasemos sin más al proyecto.

Materiales:
  • Tablón de 1″ o 1½″ y longitud suficiente (3,30 m mínimo). 
  • Tornillos de 4 mm y 1½″.
  • Tornillos de 4 mm y ¾″.
  • Ruedas de 50 mm o 60 mm fijas.
  • Barniz natural o coloreado, al gusto.
  • Pegamento para madera, preferible PVA.
  • Pasta de retape o masilla para madera. 
  • Papel de lija grano 100 o 120.
  • Aguarrás mineral.
Herramientas:
  • Sierra circular o caladora.
  • Taladro.
  • Lijadora. 
  • Clavadora.
  • Garlopa (cepillo) manual o eléctrica.
  • Destornillador.
  • Broca de 3,5 m para madera.
  • Broca avellanadora de 6 mm.
  • Prensas de esquina.
  • Espátula de 1″ o 1½″.
  • Pincel de 1½″.

La mesa consta de tres partes: dos laterales iguales y la mesada horizonal. Los laterales (que irán verticales) deben tener una altura tal que junto con las ruedas deje la mesada por sobre las piernas de la persona que se acueste en la cama. El largo de la mesada depende del ancho de la cama, tiene que haber espacio para mover la mesa sin que roce la cama ni las mantas.

Empecé cortando el tablón grande en los tres trozos: mi cama tiene 1,56 m de ancho, le sumé 5 cm del espesor de la tabla para alejar de la cama los dos laterales sobre los que se apoyará, y agregué 9 cm más de margen, así que para la mesada corté una pieza de 1,70 m de largo, y para los laterales 70 cm cada uno.

Una vez cortadas presenté las tres piezas, alineé las posiciones y encolé las uniones sujetando todo en su lugar con prensas de esquina. Es importante que al armar la superficie de apoyo esté horizontal y plana, así quedan alineados y a nivel todos los bordes, del otro lo que esté desparejo se rebaja y empareja con la garlopa (o cepillo) cuando el mueble está armado. Si agrandan la foto de abajo y miran la esquina se ve que está despareja, los bordes no coinciden.


A los diez minutos, usando el taladro y la avellanadora realicé los orificios para ocultar los tornillos con profundidad 5 mm, dos de cada lado de la mesada sujetando cada lateral a la misma. Los centros para el avellanado los marqué a 12 mm del borde para que quedaran en la mitad del espesor de las tablas laterales.
Luego cambié a la broca de 3,5 mm y perforé los preorificios para los tornillos usando el mismo centro del avellanado y profundidad igual al largo del tornillo menos 3 mm (medido a ojo de buen cubero).

Finalmente coloqué los cuatro tornillos hasta la profundidad que avellané antes y con la espátula apliqué la masilla para madera tapando los huecos y ocultando los tornillos. En la fotografía siguiente se ve dónde están los tornillos.


Llegada esta etapa puse la mesa de pie y le dejé peso encima (dos cajas con herramientas) para que actuara como prensa durante el secado del pegamento. Como ven la tabla de pino de 1″resiste perfectamente el esfuerzo de sostener dos cajas de herramientas llenas de metal pesado (taladro, amoladora, canteadora o tupí, tornillos, etc.) , por lo que ahora sabemos que una computadora portátil o un televisor no van a combarla.


Pasada poco más de una hora retomé el trabajo, ahora para emparejar a garlopa como dije antes. En la foto superior, el lado que está atrás (más lejos del lector) es el que está alineado y parejo, y el que se ve es el que tiene diferencias de milímetros en los anchos de las tres piezas. Para dejarlos a nivel configuré la garlopa para rebajar 0,125 mm, apoyé la mesa sobre el lado nivelado y cepillé en sentido horario empezando desde la pata que se ve a la izquierda hata el final de la otra. Tres pasadas fueron suficientes para dejar todo del mismo ancho.


Seguí con el paso de sellar y barnizar la mesa.
Como siempre lo primero fue frotar con un trapo con aguarrás toda la superficie de la mesa para levantar el poro de la madera, luego lijar con lijadora y lija de grano 100 suavizando la superficie y finalmente limpiar de nuevo con trapo y aguarrás. Quedó lista para recibir el sellador.
Para sellar preparé una barniceta con 40% de aguarrás y 60% de barniz con tinte color tabaco, y lo apliqué sobre toda la superficie del mueble con pincel. Yo le puse ese color, porque me place, ustedes pondrán el barniz que les plazca a ustedes.


Al otro día lijé de nuevo con lijadora y papel de grano 100, limpié con trapo con aguarrás y apliqué la segunda mano, esta vez con 10% de aguarrás y 90% de barniz con tinte tabaco.



Secada la primera mano hay que lijar con lija fina (180) y lijadora y después limpiar con trapo y aguarrás, así la superficie queda bien lisa y suave al tacto. Se puede dar una segunda mano o no, a elección. Yo no se la apliqué porque es un mueble para interior y el color ya estaba parejo e intenso.
En la foto superior se ven las patas con los suplementos de 1″ que tuve que poner para poder atornillar las bases de las ruedas, los fijé con pegamento y clavos de 30 mm puestos con la clavadora. En la imagen abajo se ve en detalle.


Una vez seco el barniz coloqué las ruedas. Yo usé cuatro ruedas de base fija y 50 mm de diámetro de goma para que no rayaran el piso de parquet. Es importante que sean fijas porque así la mesa se mueve sólo hacia atrás y adelante en dirección paralela a la cama, lasgiratorias mandarían la mesa para cualquier parte.


Abajo se ve la mesa ya instalada y en uso en mi dormitorio.



Esperando como siempre que te haya gustado esta publicación, te invito a dejar un comentario.

Hasta la próxima publicación.



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27 de junio de 2018

Soporte para lámpara piloto.

Hola lectores.

Quiero presentar a la nueva integrante del elenco de mi taller: una clavadora y engrapadora eléctrica, valor U$S 117 aproximadamente. Carga hasta 100 clavos desde 15 a 32 mm y calibre 18 o 100 grapas de tapicería, y funciona muy pero muy bien. La quería eléctrica para no depender de cartuchos de gas que van perdiendo presión, ni compresores ruidosos que valen más de 300 dólares y llevan mucho mantenimiento.


Este es un segmento del peine de clavos que lleva, venían 100 de 1″ con la máquina para empezar a usarla inmediatamente, cosa que hice.


Y el proyecto inaugural fue muy básico y sencillo: un soporte para la lámpara piloto que uso en el patio donde trabajo.

A un trozo de tubo roto de una escoba lo corté con sierra de arco a 1 m de largo y lo pinté con antióxido con convertidor color gris, para parar la oxidación que tenía y protegerlo de la intemperie.
De un trozo de MDF de 20 mm de espesor corté una pieza de 14x14 cm y la otra quedó de 17x14 cm. A la primera le hice un agujero en el centro con el taladro y la broca Forstner de 25 mm para pasar el tubo y la uní con pegamento para madera y cuatro clavos (¡con la clavadora nueva!) centrada sobre la pieza grande.
Abajo, las herramientas y materiales que estaba usando en el momento.


Luego preparé cemento epóxico de dos componentes en el hueco del MDF e inserté el tubo, rectificando la posición con escuadra para que quedara vertical. Y por último rellené con piedras el tubo, unos 20 cm de altura para que le hicieran de contrapeso en la base. Le voy a agregar más pedregullo y cemento epóxico para que rellene los huecos y quede bien firme.


A las 17:00 cuando empezó a bajar la luz natural en el patio, puse el soporte con la lámpara piloto, que tengo equipada con un LED de 9 W de luz blanca natural o neutro, ni cálida ni fría. Y abajo se ve el proyecto terminado y en funciones.


La mesa que se ve a tu izquierda es el próximo proyecto a publicar y que no voy a adelantar ahora, pero está en la última etapa y es la próxima publicación.

Hasta entonces.



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12 de marzo de 2018

Mueble aéreo de dos puertas (parte 1).

Hola. 

En esta entrada mostraré cómo hice un mueble aéreo para el baño de mi casa, que no tiene ninguno. Puede usarse en cualquier habitación adaptando las medidas.
Es un proyecto sencillo, básicamente un gran cajón con puertas que se cuelga en la pared.

Materiales:
  • MDF de 18 mm.
  • Tornillos de 1½″ × 5 mm para madera.
  • Tornillos de 1″ × 3,5 mm para madera.
  • Pegamento para madera.
  • Esmalte blanco para madera.
  • Fondo blanco.
  • Aguarrás.
  • Retenes de rodillo.
  • Tiradores para puerta.
  • Bisagras.
Herramientas:
  • Sierra telescópica.
  • Taladro.
  • Lijadora.
  • Destornillador.
  • Cabeza avellanadora.
  • Prensas esquineras.
  • Cinta métrica.
  • Escuadra.
  • Lápiz.
  • Pincel.
  • Papeles de lija de granos 180 y 240.

Para este proyecto quise ahorrar trabajo y como el distribuidor me da diez cortes gratis con la placa, pedí que la cortaran en tablones del ancho que precisaba (47 cm) de los cuales yo sólo corté los trozos del largo necesario con mi sierra telescópica.

Teniendo cortadas las piezas armé el cajón sirviéndome de la escuadra y las prensas esquineras para que los ángulos quedaran rectos mientras perforaba los agujeros piloto para los tornillos. Como siempre, los agujeros piloto se perforan con una broca (o mecha) de la medida anterior al tornillo, o sea que si uso tornillos de 5 mm la broca será de 4 mm.


Con la cabeza avellanadora hice perforaciones para que los tornillos quedaran embutidos en el material. La idea es taparlos luego con pasta de retape (también llamada masilla para madera) y al pintar quedarán invisibles, como se ve en las fotos siguientes.


Las líneas para los centros fueron trazadas a 9 mm del borde del mueble, para que los tornillos quedaran centrados en la cara angosta en la que van a entrar.


Una vez armado el cajón, seco el pegamento y atornillado tapé los agujeros con la masilla para madera, cuando secó lijé todo con lijadora orbital y papel de grano 180, y limpié con un trapo con aguarrás.


Ahora resta armar y colocar las puertas, y pintar con dos manos de esmalte. Pero eso será en una próxima etapa, cuando lo tenga hecho lo publicaré.

Hasta la próxima entrada.



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