6 de abril de 2021

Tonfas (arma tradicional de Okinawa).

Hola estimados lectores.

Como sabrán, si no se enteran ahora, practico desde hace algunos años las artes marciales karate y kobudo. El primero es muy conocido, una familia de estilos de arte marcial de defensa, que usa como únicas armas las partes del cuerpo. El segundo, menos conocido pero igual de importante, es otra familia de estilos de artes marciales también nativa de Okinawa, consistente en combate con armas tradicionales de la isla (Ko = antiguo, Bu = arma o guerrero, Do = camino, el camino de las armas antiguas).

Una de esas armas son los tonfa[1], que aprenderé próximamente. Como no tenía las armas con que practicar, me propuse hacerme un par. Lo planifiqué para tres días pero salieron en uno sólo. Y aquí les va.

Herramientas

  • Sierra circular (manual o de mesa)
  • Taladro
  • Broca de 8 mm para madera
  • Prensas sargento
  • Bastrén
  • Chancla de carpintero (un cepillo de 5 cm de base)
  • Cinta métrica
  • Compás
  • Escuadra
  • Lápiz
  • Morsa

Materiales

  • Madera de 1 ½'' para las tonfas (cedriño en este caso)
  • Tarugos de 8 mm
  • Pegamento para madera
  • Papel de lijar de granos 100 y 220
  • Aguarrás
  • Aceite protector (de lino en mi caso)

Para quienes no los conozcan, el negro es el bastrén (izquierda) y el anaranjado la chancla (derecha).

Cada tonfa tiene dos piezas: el cuerpo y el mango (tsuka). Hay que hacer dos de cada una porque se usan de a pares. Las mías tienen 52 cm de cuerpo y 15,2 cm de tsuka.

Empecé por cortar los cuatro trozos de una tabla de cedriño de 1 ½'' de espesor con la sierra circular de mesa[2]. Son dos trozos de 53 cm de largo y perfil cuadrado para los cuerpos, y dos trozos de 15,2 cm de largo y perfil cuadrado para los tsuka. En la foto se ven las cuatro piezas presentadas.

Ahora, si leyeron con atención se preguntarán "¿cortó los cuerpos de de 53 cm y dijo que medían 52?". Sí, porque luego de cortarlas a lo largo, rectifiqué los extremos cortando a 90° desde la cara larga, dejando ½ cm de desperdicio en cada uno, así queda un prisma regular (o casi :-) ) de 52 cm de largo. Abajo se ven las cuatro piezas recién cortadas.

Luego tomé los tsuka y les tracé el centro de la cara cuadrada (cruce de las dos diagonales) y una circunferencia de radio igual a la mitad del ancho, como se ve en la foto. Esa es la guía para convertirlos en cilindros. Tomé la fotografía antes de dibujar la circunferencia, por eso no se ve.


Llevé por turnos cada tsuka a la mesa de trabajo, lo sujeté con la morsa a lo largo, y con el bastrén rebajé hasta conseguir una forma casi cilíndrica.

La manera de hacerlo es sujetar la pieza dejando una cara plana hacia arriba, lo más alta que permita colocarla la morsa sin perder sujeción. Con el bastrén se va pasando a 45° sobre la arista derecha y luego la izquierda, rebajando la madera en tiras finitas. Cuidado con la graduación de la cuchilla, si el filo está muy salido se tranca en la madera y la rompe, cuando tendría que correr suavemente afeitando la pieza.
Cuando se está a mitad de camino hacia el dibujo de la circunferencia hecho antes se coloca más vertical para rebajar un poquito de la cara lateral, y luego se pone casi horizontal para rebajar la cara superior. El proceso es al ojo de buen carpintero, tenemos que acercar la pieza a la forma cilíndrica final que queremos que tenga.

Abajo muestro cómo quedaron los míos después de terminado el trabajo a bastrén. Más adelante lo refinaremos con la chancla. Ésta nos va a ajustar y rectificar la forma cilíndrica que queremos, porque como todo cepillo de suela, va aplanando la superficie dejándola uniforme. Todas las "panzas" o "pozos" que haya dejado el bastrén, la chancla los resuelve.

Si miran la primera foto de nuevo, verán lo finita que es la viruta que remueve la chancla comparada a la del bastrén.

Después de haber pasado la chancla, sujeté cada tsuka en la morsa en posición casi vertical, y perforé en el centro que tenía marcado un orificio de 8 mm de diámetro y 14 mm de profundidad para insertar el tarugo.
La cinta blanca marca en la broca los 14 mm, medidos desde el hombro de la broca y no desde la punta. El orificio de la punta es para que caiga dentro el exceso de pegamento, si hay, y no se toma en cuenta como profundidad para el tarugo.

Pasé luego a trabajar en los cuerpos de las tonfas.

Los lomos son de muchas formas, no sé si hay alguno oficial. Yo elegí ¡el que me place! En serio, elegí el semicírculo porque distribuye mejor que una cara recta la fuerza del impacto que recibe el arma.

De modo que nuevamente, sujetando en la morsa fui rebajando con el bastrén pero esta vez a ojo, no tomé las medidas sino que las hice "a ojo de buen cubero", de memoria de las ocho que hice en los tsukas.

Abajo se ven una tonfa ya formada y debajo la otra pieza en bruto calzada en la morsa. Otra vez, el grueso del trabajo se saca con bastrén y luego se refina con la chancla.

A 15,2 cm de un extremo del cuerpo perforé otro orificio de 14 mm de profundidad para la otra mitad del tarugo. El orificio, obviamente, va centrado en el ancho del cuerpo, a mí me quedó a 19 mm de los bordes.

Probamos el encastre en seco, si todo anda bien (el tsuka queda alineado y perpendicular, no hay espacios que rellenar contra el cuerpo, etc.) procedemos a encolar las uniones. Si el tsuka queda torcido, se empareja la cara de apoyo con formón o lija gruesa hasta que al apoyarlo en el cuerpo esté perpendicular. Acá se ve torcido pero entró derecho.

Todo está listo, encolé las uniones, prensé y dejé a secar hasta el día siguiente. El pegamento va en los orificios (obviamente) y en la cara del tsuka que tiene el tarugo, para que pegue contra el cuerpo. Se puede poner algunas tiritas de viruta fina (o hacer picadillo del afeitado) en el pegamento, hay quien dice que refuerza la unión.


Con el pegamento seco, aplicaré aceite de lino como protección de la madera. Tiene muchas propiedades que pueden buscar uds. mismos así que no me extenderé en ese asunto. Sólo diré que el barniz y la laca tienen solventes que debilitan un poco la fibra de la madera, y al aplicarlo en armas las vuelven quebradizas con el tiempo. El aceite hace lo contrario.

A continuación, las tonfas terminadas. Ampliando las fotos verán que hay un segmento del cuerpo que no está rebajado.

Desde el centro que marqué para el tarugo tomé 1'' hacia el extremo corto y 1 ½'' hacia el largo. Esa área de 2 ½''la dejé con el perfil cuadrado, sin rebajar, sólo porque me gustaron las líneas del arma así. Con los polígonos amarillos lo marqué en la foto siguiente.

Como es un proceso artesanal y nunca había explicado como hacer curvas con cepillos de hojas rectas (porque nunca lo había hecho), dejo dos videos donde se ven los movimientos y puede ser instructivo.

En el primero se ve cómo redondear los tsukas. Sólo grabé el uso del bastrén.

En este se ve cómo rebajar el cuerpo de modo que la madera, se va volviendo un cono desde el punto de partida, por eso se pasa más veces sobre el final de la pieza que en el sector de origen. Acá se ve el uso del bastrén y la chancla.


Si hubiera sabido que era tan divertido hacer armas de kobudo, habría empezado mucho antes. Ahora tengo en curso otra arma, pero no daré adelantos.

Saludos. Hasta el próximo proyecto.


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