Hola lectores.
Hoy les traigo uno de los trabajos más complicados que encaré desde que trabajo con madera. Pare hacerlo tuve que ampliar mi taller con una argallera o escochebre (que en Uruguay llaman incorrectamente "bastrén") y una morsa, y además fabricarme la mesa para instalarla[1].
El trabajo fue una bokken: una espada de madera usada en artes marciales japonesas como Kendo y Aikido (boku = madera, ken = espada). Lograr la curvatura tan característica de los sables japoneses es difícil, pero todo el trabajo está lleno de detalles que lo pueden arruinar. Sí: arruinar, si falla un paso hay que tirar la pieza y arrancar desde cero, no se puede remendar.
Sucede que no hay material suficiente para corregir un error, ni se puede cortar un segmento y rellenarlo, rebajar de más de un lado es fatal, etc. Es un trabajo en que cada tarea que se hace tiene que estar claramente planificada de antemano: qué se va a hacer, en qué parte y cuál es el resultado al que se quiere llegar.
Vamos a ello.
Herramientas
- Garlopa eléctrica (o manual)
- Sierra caladora
- Lijadora de banda
- Escofina para madera
- Formón
- Bastrén
- Chancla
- Cinta métrica
- Escuadra
- Cuerda
- Lápiz
Materiales
- Madera >100 cm (101 cm de cedriño en este caso)
- Papel de lijar granos 100 y 120
- Aceite protector para madera (de lino en este caso)
Las medidas de una bokken son las mismas de las katana, y hay de varios tipos. El mínimo del largo son 90 cm y yo la hice de 101 cm. El espesor de las bokken estándar es de 30 mm y usé esa misma medida. Y la altura de la espada en el cabo, que es la parte de altura uniforme (se va afinando hacia la punta imperceptiblemente) es de 40 mm también.
El trozo inicial de madera era cedriño de tamaño suficiente para cortar la bokken. Abajo se ve recién cortado y al natural.
La curvatura tan característica se hace con un radio de 2,5 cm. ¿Cómo se hace para obtener el arco de 2,5 cm de radio? Yo usé un método complicado: hilo, lápiz y el portón de rejas de mi casa. En una punta puse el lápiz enrollado (para poder ajustar el largo) y la otra punta la até al portón. En la madera marqué tres puntos: dos en una línea paralela al lado largo, el tercero va al medio de esos dos y 2,5 cm más arriba de la línea de esos dos.
Entonces, con la madera en el piso y el lápiz con la cuerda enrollada, fui tirando arcos desde el punto del medio hacia los lados. Si el arco quedaba por dentro de los puntos (un arco muy cerrado) alejaba la madera un poco y soltaba cuerda del lápiz, para trazar un arco más abierto. Así fui probando hasta poder trazar un arco que uniera los 3 puntos.
Este es el método más difícil.
Es más sencillo con clavos y chapa flexible. Se clavan los tres clavos donde yo marqué los tres puntos. Luego con una chapa delgada y flexible (como duraboard) se calza entre los clavos curvándola en el medio, y se dibuja la línea sobre la madera.
Una vez que logré dibujar las líneas, recorté la pieza a caladora. Precisé de bastante paciencia porque es una madera bastante dura y todo el corte es a lo largo de una curva. Avancen lento en el corte, no apuren a la máquina porque seguramente la quemen.
Luego de la sierra caladora, tuve que pasar mucha lijadora de banda con papel grueso para emprolijar el perfil, cuidando siempre de no aplanar la curvatura que tanto me costó conseguir. Cuando había que remover mucho material para acercar la forma al arco que había dibujado, le pasaba escofina y luego la lijadora para alisar la madera. A continuación, la pieza después del proceso (ya se iba pareciendo).
Cuando me satisfizo la curva en el lomo y en el filo, rebajé los costados con la garlopa (cepillo eléctrico) hasta lograr 3,2 cm de ancho. Y ahí llegué a un alto, más bien quedé estancado, más de dos semanas porque me faltaba una herramienta: un bastrén. Me costó muchísimo conseguirlo, parece que ha caído en desuso aunque sea una herramienta básica en carpintería. Pero tras mucha búsqueda compré (¡conseguí!) el dichoso bastrén y pude seguir.
Otra característica de las bokken es el perfil al mirarlas de frente, también llamada sección de corte transversal. Hay varios, antiguos y modernos. Yo escogí el hiramine, que muestro abajo con las medidas oficiales. Si esta imagen tiene derechos, me avisan y la bajo, pero creo que no tiene.
Con mi compás abrí un arco de 8 mm y dibujé sobre el lomo las líneas a 8 mm desde los bordes hacia el centro, así quedan los 14 mm de lomo al medio, como muestra la imagen. Luego abrí el compás 15 mm y dibujé las líneas laterales.
Del lado de abajo, donde estaría el filo si fuera una espada de metal, tracé una línea al medio de la pieza, hacia la que debo acercarme manteniendo el perfil curvado de la cara lateral, como se ve en la imagen superior.
¿Por qué a compás? Porque la punta del compás sigue la curvatura de la madera, y la línea dibujada replica esa curva, corre paralela al borde de apoyo del compás.
Para poder empezar los rebajes diagonales del lomo, abrí entradas para el escochebre usando el formón contra lo que será el cabo. Abajo se ven las entradas en el lomo (izq.) y en el costado (der.) de la bokken.
Rebajé varios días sin tener morsa, sujetando la bokken apretada en mi cadera y la pared. Por eso la punta se ve en las fotos siguientes sin cepillar. No podía llevar el cepillo a rebajar la punta que estaba contra la pared, se chocaba el cepillo y no podía pasar de largo.
Después de pasar el escochebre varias horas y varios días, midiendo muchísimas veces a ojo (ya dije: no hay margen para errores), siempre afeitando la madera, con el filo apenas saliendo acercándome a las líneas que dibujé, obtuve este resultado.
Entonces, ante la imposibilidad de avanzar sin tener una morsa, compré una. Cuando quise instalarla, no tenía mesa donde atornillarla. Entonces me fabriqué la mesa que puedes ver en este mismo blog, arriba dejé el enlace.
El avance a partir de allí fue notable, y se puede apreciar en las tres fotos siguientes.
Cuando había rebajado con argallera casi la totalidad de lo que quería remover, empecé a emparejar con la chancla. Así podría hacer una revisión de detalles, errores, zonas donde faltara trabajo, etc.
Fueron varias cosas las que encontré para corregir, tuve que volver al cepillado más grueso y luego el fino tres o cuatro veces más, en zonas que me parecía que no estaban del todo bien.
Revisé: la curva del filo, en varios ángulos, del cabo hacia la punta y al revés. La curva del lomo de igual manera. Las líneas laterales que le dan el perfil hiramine, que corrieran siempre paralelas al lomo. El ancho y la altura del cabo, que fuera parejo en todo el recorrido. La simetría del cabo visto desde atrás, desde arriba y abajo. La simetría del "filo" desde arriba, desde abajo y en la punta. Que el centro de la curvatura siga al medio de la bokken, porque al cepillar de más podemos correrlo hacia el cabo o hacia la punta. El agarre del cabo, que no se sintiera mucha presión en una parte y poca en otra, lo que indicaría irregularidad en la forma. Etc.
Como dije, son muchísimos ítems a revisar y no son detalles, es un error pensar eso. Son lo esencial de un trabajo bien hecho para cualquier fabricante de bokken, porque es lo que las hace ser eso y no otra obra. Si no cumple con estos requisitos, será muy bonito trabajo, pero una bokken no será. O sea, si elegí el perfil hiramine, todo el cuerpo tiene que tener ese perfil tan perfectamente hecho como pueda yo lograrlo, "casi hiramine" no es "hiramine".
Después de los últimos ajustes con la chancla, pasé al lijado.
El ciclo de lijado consiste en pasar un trapo con aguarrás para limpiar la pieza y abrir el poro de la madera, lijar con el grano más grueso (100), revisar si hay que hacer alguna corrección menor que requiera de otra pasada. Si no se encuentra, volver a pasar aguarrás y lijar con gano más fino (120). Volver a revisar, y seguir el ciclo siempre aumentando el grano hasta 240 o el siguiente que creo es 320.
De esa manera se logra una superficie sin astillas y muy tersa al tacto.
Cuando secó el aguarrás, se aplica con papel, pincel, trapo o incluso con la mano el aceite protector en toda la pieza. Dejo debajo dos fotos de la bokken terminada y aceitada el día anterior, cuando tomé la foto el aceite ya había sido absorbido y estaba seco.
Usé aceite como protector porque el barniz y la laca tienen solventes que, según he leído, debilitan las fibras de la madera y la vuelven más quebradiza, un efecto que no queremos en armas que van a dar y recibir golpes.
Como último detalle estético, rellené las marcas donde se unen cuerpo y cabo con pegamento epóxico de dos componentes transparente mezclado con una gota de tinta china líquida, lo que lo volvió negro brillante. Con la punta de un mondadientes fui recogiendo mezcla y rellenando con ella el canal, a modo de minicuchara de albañil. Abajo, el resultado.
Y esto es todo por ahora. Me despido de ustedes, deseando que les haya gustado esta publicación, tanto como a mí hacer el trabajo y escribir este artículo.
Un saludo, hasta la próxima publicación, y cuídense mucho.